Conil de la Frontera, en la Costa de la Luz, se ha ganado con el paso del tiempo el favor de los turistas españoles y europeos. Es uno de los destinos más demandados cuando se trata de disfrutar de extensas playas, calas vírgenes, arena blanca, buena gastronomía y un ambiente divertido y familiar.
El buen clima que nos acompaña todo el año, con unos 28° C en verano y 16° C en invierno, convierten a este pintoresco pueblo en uno de los rincones de Andalucía mejor valorado por los visitantes. ¿Será por su luz o por su gente?
No dejes que te lo cuente. ¡Ven a descubrirlo!
Conil está situado en un lugar privilegiado de Cádiz y desde él se puede fácilmente acceder a otras poblaciones de la provincia sin dificultad.
Las localidades más próximas son Barbate, Vejer de la Frontera y Chiclana. Cada una de ellas representa un estilo de vida diferente, siendo Barbate, al igual que Conil, un pueblo de pescadores por excelencia y cuyo producto típico, el atún rojo, es un manjar gastronómico de reconocido prestigio internacional; Vejer es una de las joyas urbanísticas de Andalucía, un enclave que cautiva al visitante desde el mismo momento que lo divisa desde la carretera o atraviesa su recinto amurallado. Y Chiclana de la Frontera, donde la vida urbana y el ritmo de ciudad costera se mezclan de forma sorprendente, es un verdadero paraíso para los aficionados al golf por sus modernas infraestructuras y calidad de sus servicios.
Jerez de la Frontera por su parte, conserva un aire señorial y distinguido por el que ha de ser visitado. Entre los lugares que no hay que perderse, como las bodegas, tablados flamencos, el Alcazar y museos, se encuentra la Real Escuela de Arte Ecuestre. Esta institución es un punto y a parte en el adiestramiento de caballos andaluces, demostrando sus habilidades en la doma mediante un espectáculo de danza equina de una belleza exquisita.
Y ya que hablamos de caballos, no hay que olvidar el encuentro Circuito Hípico del Sol, en Montenmedio. Este certamen se celebra cada año desde 1995 y en él se dan cita aproximadamente 450 jinetes de todo el mundo y 1500 ejemplares equinos. Una cita ineludible con el deporte de categoría y el buen tiempo.
Pero Conil goza además de una amplia oferta para los amantes de la naturaleza, las playas salvajes y el turismo activo. Las calas que salpican la costa de Conil desde Fuente del Gallo hasta la urbanización Roche son de un gran valor paisajístico y ecológico. La Cala de Aceite, Melchor o del Pato, del Frailecillo, Playa Fontanilla o Fuente del Gallo, son solo algunos ejemplos.
No menos importantes que las playas, es el entorno que las salvaguarda. El Pinar de Roche, con sus característicos caminos de tierra rojiza y vistas al mar lo convierten en un paraje único en la zona para los amantes del senderismo, el nordic walking o del cicloturismo. El Parque Natural de la Breña, a tan solo 20 minutos en coche, o el Parque Natural de Grazalema, en plena sierra gaditana y último reducto del pinsapo, descendiente del abeto centroeuropeo, completan el catálogo de atractivos turísticos para disfrutar de los días de vacaciones.
Mención aparte merece la gastronomía de Conil, donde la cocina innovadora y las recetas tradicionales agradan a los paladares más exigentes. Con un amplio abanico de restaurantes y bares para tapear, la cocina conileña goza de gran reconocimiento por la calidad de su materia prima. Bien conocidos son en la provincia de Cádiz los productos de su huerta, como los tomates y hortalizas, y del mar, entre los que destacan el atún, el bocinegro, la urta o la dorada.
Si visitan Conil, no dejen pasar la oportunidad y prueben alguna de estas recomendaciones: Arroz a la marinera, Pargo al aceite de oliva, cazón en adobo, atún encebollado, etc. Se convertirán en un recuerdo imposible de olvidar.
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